A
continuación se presenta una metodología de trabajo que se está desarrollando
en numerosas instituciones educativas de España y Latinoamérica y que ha sido
desarrollada por el Instituto Escalae.
Cada
una de las fases de este modelo está diseñada para garantizar la innovación
sistemática en los procesos de enseñanza-aprendizaje, además del desarrollo de
una cultura profesional docente que lleve a una mayor fundamentación pedagógica
de la práctica educativa, así como al desarrollo del trabajo colaborativo entre
iguales. Este sistema tiene un carácter permanente, a pesar de que libremente
se pueden implementar las fases que se deseen para adaptarlo al contexto y
realidad de cada centro educativo.
El
modelo funciona, siempre y cuando los miembros del centro educativo estén
dispuestos a realizar una apuesta clara por la innovación continua y permanente
de su práctica educativa, acogiendo cada una de las fases del modelo con el
rigor que se merece.
Brevemente,
se describen dichas fases que pueden llevarse a cabo en cada curso y los
beneficios concretos que aporta a los centros:
DISEÑO
Fase
1:
Análisis
y planificación pedagógica: Una vez socializado con todo el profesorado el
perfil competencial del alumnado que se pretende conseguir en el centro
educativo (contestando a la pregunta ¿qué pretendemos que aprendan nuestros
alumnos?), se realiza un auto-diagnóstico pedagógico a cada docente en función
de unas finalidades de aprendizaje definidas previamente en el centro educativo
(para responder a la pregunta, ¿cómo contribuyo desde mi clase a todo aquello
que queremos que aprendan nuestros alumnos?). Se integra y analiza lo
encontrado y se prepara un Plan Estratégico de Innovación Pedagógica que
detalla los proyectos de innovación para que el centro optimice su práctica
educativa según perfil competencial del alumnado que se espera conseguir.
Fase
2:
Análisis
de la adecuación didáctica individual: Una vez definido el plan general, se
elige al menos una acción de innovación que se pondrá en marcha durante el
curso escolar y se pide a cada docente que estudie un material (o realice una
formación) sobre los fundamentos pedagógicos de dicha acción y que en función
de dicha actividad, aporte sus experiencias y el estado actual de su desempeño
para cumplir con las finalidades del aprendizaje pretendidas, así como ideas
para la innovación del aspecto en cuestión.
Fase
3:
Incorporación
de bases para la innovación pedagógica: Se asigna (de forma rotativa) a un
grupo o equipo ya existente de docentes del centro educativo el encargo de
diseñar de una pauta de trabajo común con la lluvia de ideas de sus propios
colegas, en función del desempeño actual que tienen, así́ como del material técnico y ejemplos que puedan
servir para diseñar
un borrador del acuerdo metodológico
común.
Fase
4:
Diseño
de la pauta de trabajo común: En esta fase, se acompaña al grupo de docentes
para ayudarles a diseñar el acuerdo o pauta de trabajo común (tanto apoyo como
sea necesario), desarrollando al menos cuatro niveles de desempeño o aplicación
de dicha pauta metodológica (mediante una descripción graduada de la
competencia docente en relación a la pauta). Finalmente dicha pauta de trabajo
común debe ser presentada por el equipo de diseño y aprobada por todos los
docentes, antes de comenzar su aplicación.
APLICACIÓN
Fase
5:
Aplicación
individual de la pauta común por niveles: Cada docente define en qué nivel
quiere comenzar a aplicar la pauta de trabajo común aprobada, contando para
ello con material para avanzar en su nivel de desempeño o aplicación de la
pauta concreta, así como formatos para el registro de su aplicación (diario
reflexivo). En adelante, cada reunión de docentes que haya en la institución,
se dedican unos minutos iniciales para hablar y socializar la aplicación de la
pauta de trabajo común, los aciertos y dificultades. En caso necesario, también
se pueden realizar sesiones de tutoría individual.
Fase
6:
Reconocimiento
individual docente: En este punto, todos los docentes estarán aplicando la
misma pauta, pero cada docente puede seguir un itinerario individualizado de
avance, en el cual se le apoye para que vaya pasando por los diferentes niveles
hasta que consiga ser competente en el nivel máximo definido por la pauta de
trabajo común. Con el tiempo, los docentes que vayan reuniendo suficiente
evidencia sobre su desempeño en el nivel máximo de la pauta, se pueden hacer
acreedores a un reconocimiento individual por cada innovación implementada en
su aula.
Fase
7:
Generalización
de la pauta común: Se apoya a los responsables del centro educativo para que la
pauta pase a formar parte del reglamento del docente, del perfil de
competencias del docente, de la evaluación docente y si es posible, de los
criterios para la remuneración y reconocimiento en el desempeño.
Fase
8:
Reconocimiento
y entrega de resultados: Si los responsables de la institución educativa reúnen
suficiente evidencia del diseño y aplicación de la innovación, se debe elaborar
un reconocimiento público del trabajo realizado. Es importante presentar
periódicamente a la comunidad educativa las innovaciones diseñadas e
implementadas como una forma de sistematizar el proceso de trabajo y recibir un
reconocimiento por parte de todos los implicados. Asimismo, opcionalmente el
centro educativo se puede hacer acreedor a una Certificación de Calidad
Pedagógica, según el nivel de desarrollo de su Plan Estratégico de Innovación
Pedagógica que se deberá actualizar periódicamente.